Hoy se cumple un año de la histórica manifestación que tuvo
lugar en Madrid #TrendeLaLibertad iniciativa de un par de asociaciones de
mujeres asturianas ("Tertulia Feminista Les Comadres" y "Mujeres por la Igualdad de
Barredos") que no estaban dispuestas a que la reforma de la ley del
aborto, que quería llevar adelante el gobierno, devolviera a las mujeres a
situaciones vividas varias décadas atrás, perdiendo derechos conquistados con
la dura lucha de muchas mujeres valientes que trabajaron, lucharon y sufrieron
para poner a las mujeres en el lugar que les corresponde en la sociedad.
Fue una movilización masiva de mujeres y hombres que creen y
luchan por la igualdad, una movilización que ninguna y ninguno de los que participamos podremos olvidar, una
movilización que hizo que esta reforma tuviera que ser retirada.
Pero las mujeres sabemos muy bien que la lucha no ha
terminado aquí, que debemos seguir luchando para que no se vulneren nuestros
derechos, para que se nos valore como persona y así podamos decidir nosotras y
solo nosotras, sobre nuestro cuerpo, sobre lo que queremos hacer, lo que
queremos ser y donde queremos participar en igualdad de oportunidades con
respecto a los hombres.
Las mujeres debemos de estar siempre demostrando nuestra valía,
cosa que a los hombres se les supone en la mayoría de los casos. Las mujeres tienen
que superar muchas barreras y demostrar muchas cosas, para dirigir una empresa u
ostentar un cargo público y aun demostrándolo, en la mayoría de los casos solo
quedamos para papeles secundarios siempre con un hombre como jefe.
La última muestra de esto la hemos tenido esta semana cuando
conocíamos la formación del nuevo gobierno electo en Grecia. De doce ministros ni una sola mujer, de veinte Viceministros tan solo seis mujeres,
en una sociedad donde estas representan el 52% de la población activa griega. ¿Solo
seis eran capaces entre una amplia población femenina? Pero no muy capaces,
pues solo pueden estar en segundo plano.
No queremos un apoyo y una igualdad que nos deja al margen, queremos tomar
decisiones, queremos gobernar, queremos legislar, somos la mitad de la
población y sin esa mitad la democracia no es democracia.
Porque los hombres deciden, gobiernan, legislan para
nosotras pero sin nosotras; No señores no, déjennos, que nosotras sabemos y podemos,
igualito o mejor que ustedes, ¿Por qué no?
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