NO A LA EXPLOTACIÓN SEXUAL

El día 23 es el día Internacional contra la explotación sexual y el tráfico sexual de mujeres y niñas, queremos levantar nuestras voces contra esa esclavitud consentida y generalizada. No hay mayor horror que la explotación sexual. Dejamos en el blog  de la Asociación de mujeres Progresistas de Alcalá este relato de una compañera que escribió en el Club de Escritura Fuentetaja que gestiona nuestra querida Laura Freixas. Destacamos  la soledad y la pobreza como hilo conductor de la nostalgia y la pérdida de la esperanza de la protagonista del relato

MI COLGANTE DE ESCLAVA

No tengo nada pero me quiero.
Permanezco olvidada de tod@s, pero me miro. Frente al escaparate de adornos sueño. El colgante rojo deslumbra, me recuerda  la luz de mi isla.
Mi isla, con cruces de calles hacia el mismo sitio y al mar. Escuchar la mar y soñar con la luz y el aire de amigos tiernos. Retomaba allá las chapas, horquillas, las ninguneas que dejaban olvidadas los visitantes. Me los regalaban con aparente descuido para que los tomase, mirara y finalmente vendiera transformados en algo. Mi magia pequeña adornaba manos de gentes repletas de nadas.
Mi madre me decía; - Pasas el tiempo mirando o soñando, busca trabajo en el Hotel, eres lista, intenta allí.
Mi madre me abandonó con una tos y de mis hermanos no sé.
Trabaje duro con maletas hasta compararme una roja, y me vine acá con mi sonrisa.
Y aquí estoy, sin nada, sin la luz de mi isla, mirando. El bonito colgante rojo. Aguanta, me digo.
No hay ojos que me miren y los míos en el espejo de la tienda ¿con quién puedo hablar? Tanto ruido y no hay palabras. Con un trabajo, no importa duro, mi sitio de dormir y aseo y esa luz de cualquier adorno.
Me miro, soy guapa. Señores de mirada fea me quieren hablar pero no hablan, se recrean en mis tersos pechos y en mi suave piel que añoran, que acechan. Me ofrecen dineros, ¿qué puedo hacer? no tengo nada. Me miro y me quiero, me digo, ¡aguanta!.
Un hombre de aspecto sabio y oscuro me observaba mis  ojos en el colgante rojo, se adentró ese día en la tienda, me sonrió cuando salía y me fui con él. 
Hoy no me quiero tanto mas ahora mi colgante rojo, sin la luz de mi isla, me anima y sueño.
Mañana, ¿cómo será mi mañana?, reiría si tuviera algo de comida


Comentarios