Estando terminando los actos que ha desarrollado la
Concejalía de Igualdad de Alcalá de Henares, en los que hemos podido
participar. Destacamos el esfuerzo por llegar a los diferentes ámbitos y desde diferentes perspectivas para tratar
de concienciar sobre la violencia de género. El lema educar en igualdad es la
clave para el necesario cambio social.
Entender la educación como construcción, no es un espacio
del docente sino un mundo compartido. No hay enseñanza sin alumn@ y el docente
construye, crea y se adecúa a un contexto. El alumn@ participa en el proceso de tal manera que resulta la
educación un elemento transformador de la persona y de la sociedad.
Considerar la enseñanza como una revolución, como una
transformación, como la posibilidad de una creación continua es dar el poder
real a la humanidad de diseñar su propio destino. Este concepto siempre chocará con los poderes establecidos,
porque hacer que el alumn@ participe y desarrolle su espíritu crítico es dotar
a la persona de unas armas para transformar la sociedad y hacer el mundo más
justo.
Ponemos de actualidad
el pensamiento de Paulo Freire para derrumbar el patriarcado desde la
enseñanza. Desde un contexto de miseria en Brasil y de falta de posibilidades
de acceso a la educción, se rebela, lucha y diseña un pensamiento para que el
educador no forme parte del poder sino que la educación genere una humanización y
liberación de las personas. De hecho el planteamiento de no hacer una educación
unidireccional (la educación como un sistema bancario: somos recipientes de
datos y depósitos de saber acumulativo) y hacer una enseñanza de “ida y vuelta”
que rompa con el rol de educad@r y
alumn@, siendo amb@s parte y estando aprendiendo a la vez el uno del otro, me
parece un planteamiento muy adecuado para introducir constantemente la
educación en igualdad como materia transversal en toda formación.
Nuestra realidad hoy (tanto
en enseñanza, primaria, secundaria, como en ocupacional y profesional) es que
se impone por ley al alumn@ una evaluación de sus logros donde el examen final
tiene un porcentaje excesivo respecto a la evaluación continua (Del 90% al 75%
del valor total). Primando hoy en nuestra enseñanza el examen final estamos
primando el sistema que denunciaba Freire de hacer una educación como depósito
acumulativo de saber y no como un proceso de aprendizaje continuo, capaz de
transformar a las personas y por tanto al mundo.
Mi conclusión es que debemos ser conscientes que educar
significa respeto al otr@, fomentar su autonomía y es tan importante atender a
la respuesta como a las preguntas. Si se logra una educación con “ida y vuelta”
contribuimos a construir personas libres. No nos debe desanimar la escasez de
recursos y ante la rigidez de las normas la creatividad tiene su espacio tanto
para l@s formadores como para los alumn@s.
De tal manera que tener” las gafas puestas de ver “para detectar los micro
machismos, la manipulación informativa y el uso del lenguaje no sexista en las aulas es inherente a cualquier tipo de enseñanza.
Victoria Encabo
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