Pilar V. De Foronda.
Doctora en Bellas Artes por la Universidad de Granada, Agente de Igualdad.
Este
artículo contribuye a la creación de la Herstory, concepto acuñado por Robin
Morgan, en uno de los artículos de su libro recopilatorio de escritos
fundadores del feminismo de la segunda ola, Sixterhood
is powerful, en el cual se
identifica como una miembra de WITCH , decodificando el acrónimo de Women
Inspired to Commit Herstory [Mujeres decididas a comprometer su historia].
En
1976 Casey Miller y Kate Swift escriben lo siguiente:
Cuando
las mujeres del movimiento utilizan herstory, su propósito es enfatizar la vida
de las mujeres, los hechos y acciones, y la participación en los asuntos de la
humanidad que han sido devaluados en las historias estándar.
Además
de esta puntualización sobre el porqué del concepto Herstory, otro aspecto
importante a destacar durante el Renacimiento y el Barroco es el rechazo de los
artistas al cobro de honorarios por la realización de su obra, ya que el
trabajo remunerado era considerado un "oficio" indigno de caballeros.
Los artistas, para poder desarrollar su actividad, buscan la protección de la
nobleza o la monarquía. A las mujeres artistas les sucedía igual y esto añade
una complicación más a su seguimiento y rastreo.
En
este sentido, la aceptación social de algunas pintoras se debió precisamente a
que fueron damas de la corte cómo es el caso de Sofonisba Anguissola en la
corte española de Felipe II, así como también el caso de Levina Teerlinc en la
corte inglesa. Si no eras una dama de alta cuna, e incluso siéndolo, tenías que
valerte a través del padre, el esposo o el hermano.
Traemos
una muestra de las mujeres que crearon su obra en el barroco, como posibilidad
para ser incorporadas a los curriculum de la ESO y Bachillerato, pero, como
constatamos en el Seminario, hay muchas más con posibilidades de ser
investigadas. Las alineamos en modo cronológico al estilo de las Vitas de
Vassari, como tradicionalmente se ha llevado a cabo en la Historia del Arte
oficial con los artistas varones.
En
Italia, Elisabetta Sirani (1638 -
1665) tuvo una vida muy corta que transcurrió íntegramente en Bolonia. Muy
influenciada por Caravaggio y Guido Reni, su muerte a edad temprana impidió la
continuación de su obra a pesar de la gran fama que tuvo en vida: El padre de
la Sirani sacó buena renta de un corpus de obra que ella misma catalogó,
siguiendo una costumbre que ganó adeptos durante el siglo XVI; ascendía a 150
cuadros, número considerado hoy demasiado bajo[1]. Sin embargo, Maino, con
solo 24 cuadros catalogados, ha tenido exposición antólogica en el Museo del
Prado. Alrededor de 1652 Elisabetta Sirani abrió una
escuela para mujeres artistas en Bolonia. Por primera vez las mujeres que no
procedían de familia de artistas podían asistir a una academia. Cuando falleció
las esquelas la calificaban de “Prittrice famosísima”[2].
Paralela
a la vida de Elisabetta Sirani es de Artemisia
Gentileschi (1593 - 1652), una de las grandes artistas del barroco
italiano, que se convierte en la primera mujer admitida en la Academia Vasari
de Dibujo de Florencia. Hija del conocido pintor Orazio Gentileschi, fue una
adolescente prodigio en el taller de su padre y a los diecisiete años ya había
pintado muchos cuadros, incluyendo a Susana y los Viejos. Sus figuras
preferidas fueron las heroínas de la Biblia, mujeres heroicas, valientes, e
incluso suicidas que defienden su honor muriendo.
Artemisia
vivió una vida autónoma para una mujer de su tiempo, a pesar, o quizá como
consecuencia, del grave incidente con un colega de su padre que llevó a juicio
en 1612 contra el ayudante y colega de Orazio, Agostino Tassi. No obstante, Artemisia
Gentileschi, logró tener su propio taller y en 1616 fue la primera mujer
admitida a la prestigiosa Accademia del Disegno en Florencia.
En
el siglo XVII el arte que se desarrolla en el norte de Europa refleja el
antihumanismo del calvinismo holandés. En el norte de Europa, en Holanda,
Países Bajos, aparece un amplio grupo de practicantes del arte no
profesionales. Houbraken publicó la “Gran historia de los pintores y pintoras
holandeses” en 1718, puso junto a un retrato de Rembrant otro de Anna María
Schurman, docta y erudita feminista, pintora y grabadora aficionada, que fue
admitida en la guilda de San Lucas de Utrech en 1641[3].
Para
perfeccionar su trabajo artístico, la pintora holandesa Judith Leyster (1609 - 1660) viaja a Utrecht en compañía de su
padre, una ciudad en la que formará parte de los círculos de Caravaggio. En el
siglo XIX se descubre que muchos cuadros mundialmente conocidos y atribuidos a
Frans Hals pertenecen en realidad a Judith Leyster.
(Figura
1)
En estos años se desarrolla en Alemania el
trabajo de María Sibylla Merian
(1647 -1717, Francfort). En el Siglo XVII el interés por los insectos era
inusual pues se creía que los escarabajos, gusanos, larvas y orugas eran
formados por la suciedad y el barro. Ella se dio cuenta que los gusanos se
convertían en larvas, para luego ser hermosas mariposas y dibujó paso a paso el
proceso por primera vez para la ciencia. A los 28 años publicó su primer libro
con las ilustraciones de insectos grabadas en planchas de cobre, siendo su
trabajo más importante Metamorfosis
Insectorum Srinamensium. Poco antes de su fallecimiento, el Zar de Rusia,
Pedro el Grande, le compró 300 de sus imágenes con las que formó el primer
museo de Rusia para poder exhibirlas.
(Figura 2)
En
España, en el Barroco, Antonia Fernández Valencia menciona a María Robles, pintora vallisoletana
recientemente descubierta[4].
También tenemos a la granadina Luisa
Roldan (1652-1704), hija del escultor Pedro Roldán y bautizada con el
nombre de Luisa Ignacia. Su padre organizó un amplio taller de escultura que
gozó de gran renombre en Sevilla. En el taller de su padre aprendió dibujo,
modelado, las técnicas del trabajo en madera, piedra y el empleo de la pintura,
el dorado y el estofado de las imágenes.
Luisa,
pese a la oposición familiar, se casó en 1671 con un aprendiz del taller de su
padre, Luís Antonio de los Arcos, pero fue la actividad profesional de ella la
que sostuvo económicamente a la familia. Hacia 1686 se trasladaron a Cádiz y
dos años después a Madrid con la pretensión de obtener una plaza como escultora
real. En 1692, el rey Carlos II le concede el título de escultora de cámara.
Con la muerte de Carlos II, en 1700, y la llegada al poder de Felipe V,
presenta al nuevo rey dos obras, un Entierro de Cristo y un Nacimiento, a la
vez que envía una solicitud para que confirme el nombramiento como escultora de
Cámara y le solicita “casa para vivir y ración para mantenerse ella y sus
hijos... pongo en consideración de Vuestra Majestad, que lo que sabe lo ejecuta
en piedra, en madera, en barro, en bronce, en plata, y en otra cualquier
materia”. Las peticiones continuaron por parte del matrimonio, hasta que con
fecha de octubre de 1701 el nuevo rey le concede otra vez el nombramiento de
escultora de Cámara.
A
partir de 1704 no se tienen más noticias de la escultora, lo que podría indicar
una enfermedad o incluso que hubiera muerto. En la iglesia parroquial de San
Andrés de Madrid, se encontró la partida de defunción con fecha 10 de enero de
1706, donde hay escrito que unos días antes había hecho una declaración de
pobreza[5].
(Figura
4)
En
Venecia triunfa Rosalía Carriera
(1675 - 1757). Su formación inicial es como miniaturista, aunque más tarde
dedicó sus energías al retrato al pastel, dando adecuada expresión al gusto del
Rococó. Comenzó dedicándose a la realización de miniaturas con frecuencia sobre
marfil, una de las cuales le abre las puertas de la Academia de San Lucas en
Roma (1705). Recibió encargos de la mayoría de las cortes europeas y fue
artista de moda de la alta sociedad de su época. Murió en Venecia en 1757.
(Figura 5)
BIBLIOGRAFÍA
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New York: Bantam Doubleday Dell, 1976
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italiano: desde cimabue a nuestros tiempos. TECNOS. 1998.
ISBN: 9788430932184
VV.
AA. Actas de las terceras jornadas de investigación interdisciplinaria. La imagen de la mujer en el arte español.
Organizadas por el Seminario de Estudios de la Mujer de la Universidad Autónoma
de Madrid. Madrid: U.A.M., 1990
Figura
1
El
Alegre Bebedor, Rijksmuseum de Ámsterdam. Lleva su monograma y la fecha de
1629.
Figura
2
Vitis
vinífera
Figura
3
Planta
de plátano en flor
Figura
4
San
Miguel con el diablo a sus pies (1692). Monasterio de San Lorenzo de El
Escorial, Madrid.
Figura 5
Autoretrato de Rosalía Carriera
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