RECORDANDO A NUESTRA COMPAÑERA MARÍA JOSÉ

Hoy vamos a recordar a nuestra compañera María José López Hernández. Sin embargo; quería que fuera algo más que un recuerdo puntual.  No tuve otra alternativa.

Ojalá que puedas usar la esquina que te mando para esperar sin temor a que el semáforo de la felicidad que en este mundo se te ha negado y que se ponga verde allí dónde te encuentres. María José; el mundo es un sitio menos habitable con tu ausencia, pero quiero hacerte saber, que tu legado habita entre nosotros por siempre ya. Tu fuerza, tu sonrisa, tu gran orientación vital, tu sensible colaboración para con todas nosotras…

Hoy quiero habitar en el jardín de tu memoria y decirle al mundo y a los muchos vientos; que la vida, que no la muerte, nos ha arrebatado el gorjeo de tu sensibilidad, que no es justo que te hayas ido de esa manera. Decía San Agustín de Hipona, que la muerte no es el final, sólo pasamos a la habitación de al lado, y que siguiéramos riendo de lo que nos hacía reír juntos, y esa es mi propuesta.

Brindo por tu recuerdo, por tu eterna sonrisa, un brindis por tu valentía y abnegación con nuestra causa, que fue la tuya.

Cuando ganaste la gran carrera

el pueblo entero salió a aclamarte.

Jóvenes y ancianos te vitoreaban

mientras a hombros te llevábamos.

Sabio aquél que sabe escapar pronto

allí donde la gloria no perdura.

Pues, aunque pronto crece el laurel

mucho antes que la rosa se marchita.

Pero tú no seguirás el camino

de aquellos que malgastaron su gloria.

Corredores cuya fama se extendió

aunque su nombre perduró menos que ellos.

Ante esa joven cabeza laureada

contemplarán tu cuerpo inerte

y descubrirán entre los rizos de tu pelo

una guirnalda aún sin marchitar.

Alfred.E. Housman

In memorian

Ramón Ferrez y del Río