SARAH REEDLOVE: DE LA ESCLAVITUD AL ÉXITO



En este viaje inaugural os propongo viajar a la profunda Luisiana del siglo XIX. Mercaderes de especias, güiros bailadores, rutas por el Mississippi; rebosantes de amantes de quimeras, carnavales de pieles marrones y sienas… ¿Me acompañáis?

Hoy vamos a rescatar de la memoria a Sarah Breedlove, conocida más adelante como Madam C.J. Walker. Sarah fue una empresaria y filántropa afroamericana; creadora de una línea de productos de belleza para el cabello de las mujeres negras.

También fue la primera mujer de Estados Unidos en convertirse en millonaria por sí misma.




Sarah Breedlove nació en el estado de Louisiana, Estados Unidos, un 23 de diciembre de 1867.Quinta hija de dos esclavos liberados, Owen y Minerva, además fue la primera de sus hermanos en nacer libre.

A los siete años quedó huérfana. Razón por la cual se trasladó a vivir con su hermana Louvina, quien ya estaba casada. Luego, los tres; Sarah, Louvina y su esposo, se trasladaron a Vicksburg, Mississippi, en 1877. Aunque no hay documentación que lo acredite, se cree que en ese tiempo Sarah trabajó recogiendo algodón y realizando múltiples tareas domésticas.
Sarah Breedlove vivió con su hermana y cuñado hasta los 14 años. 
Cómo muchas mujeres de la época, Sarah sufrió la caída de su cabello y problemas en el cuero cabelludo debido principalmente a una dieta deficiente, escasos hábitos de higiene y productos como sosa cáustica, que eran incluidos tanto en los jabones para lavar la colada como en los de la limpieza del cabello. Esto le causó pérdida del cabello, lo que la llevó a experimentar con diversos remedios y métodos caseros e industriales para recuperarlo. Entonces aun la mayoría de los estadounidenses no contaban con agua corriente en sus hogares ni calefacción, por lo que se bañaban y se lavaban el cabello con poca frecuencia. En un principio ella aprendió sobre el cuidado del cabello de sus hermanos, quienes tenían una barbería en San Luis. La experiencia en peluquería de sus hermanos le fue de gran ayuda a posteriori. 
Sarah Breedlove comienza a trabajar con una exitosa empresaria afroamericana, Annie Tumbo Malone. En la Feria Mundial de 1904, se convirtió en agente comisionada de ventas de los productos Annie Turnbo Malone, una emprendedora empresa de productos de cuidado del cabello para afro estadounidenses. En el trascurso de aquellos días, Sarah aprendió y adaptó sus conocimientos sobre el cabello y productos para el mismo. También aprendió y desarrolló nuevas técnicas capilares.
Transcurrido un tiempo, nuestra emprendedora de hoy, se trasladó a Denver para trabajar ya en sus propios productos, y se casó con un tal Charles Joseph Walker, un vendedor de publicidad en periódicos. Surgió de este modo su leyenda; con el nombre de Madam C.J. Walker, peluquera y vendedora independiente de cremas cosméticas. 

Fábrica de Madam C.J. Walker
Inspirada por el modelo de la National Association of Colored Women,Sarah, comenzó a organizar a sus ya propios agentes de ventas en clubes locales y estatales.

Junto a su marido, se asentaron en Pittsburgh. En 1908 y abrieron el Colegio Lelia para entrenar a "culturistas del cabello". En 1910 Walker se mudó a Indianápolis en donde estableció sus oficinas principales y construyó una fábrica, un salón de belleza, y una escuela para entrenar a sus agentes de venta. Más adelante añadiría un laboratorio para colaborar con su investigación en nuevos productos e ingredientes. Sarah, para entonces ya conocida como Madam C. J. Walker, ya era una mujer de éxito. El mercado de su negocio se extendió más allá de los Estados Unidos llegando a CubaJamaicaHaitíPanamá y Costa Rica.

En 1917, organizó su primera conferencia anual de "Madam Walker Beauty Culturists" en Filadelfia. Durante la convención; premió a las mujeres que habían vendido la mayor cantidad de productos y atraído a nuevas agentes de venta, distinguiendo también a aquellas que habían contribuido con la mayor cantidad de caridad en sus comunidades. Enfatizó la importancia de la filantropía y la participación política. Esto sin ninguna duda, tuvo un impacto enorme en la expansión de su carrera. También comenzó su iniciativa de venta por correo internacional para mantener el ritmo de su creciente negocio.

Comenzó pues a enseñar y entrenar a otras mujeres negras sobre la independencia de la mujer, preparación de presupuestos y el cuidado de la belleza para ayudarles a crear sus propios negocios. También dio charlas sobre temas políticos, económicos y sociales en convenciones financiadas por instituciones negras influyentes. En 1917 también, inició la convención del Sindicato de Culturistas del Cabello Walker de Estados Unidos, la cual terminó siendo la primera convención de mujeres estadounidenses para la discusión sobre comercio y negocios. Se involucró en temas políticos, llegando a formar parte del comité ejecutivo de Protesta de la Marcha Silenciosa.

 Fue una demostración pública de más de 8.000 afroestadounidenses el 28 de julio de 1917 marchando en silencio por la Quinta Avenida de Nueva York para protestar contra los linchamientos que ocurrían en esos años y exigir justicia. Fue una de las primeras manifestaciones masivas de este tipo guiadas por líderes conocidos como James Weldon Johnson y W.E.B. Du Bois, para instar al presidente Woodrow Wilson a defender las vidas de los ciudadanos negros. Terminó en un disturbio en el que murieron 39 afroamericanos. 



Finalmente comentar que Sarah sufría de hipertensión. Esta enfermedad la llevó a la muerte el 25 de mayo de 1919, a la edad de 51 años. Murió en la misma casa que ella hizo construir en Irvington-on-Hudson, Nueva York. En momento de su muerte, Sarah era la única propietaria de su negocio valorado en un millón de dólares. Su fortuna personal se estimó entre 600.000 y 700.000 dólares (de aquellos días). Sarah dejó un tercio de sus propiedades a su hija, A’Lelia Walker. El resto lo donó a obras de beneficencia. El gran legado de Sarah continuó a través de su hija, A’Lelia Walker, quien también participó activamente en el surgimiento de la cultura en Harlem y en varias organizaciones benéficas. Una historia colosal de una mujer que no lo tuvo fácil. Este es mi recuerdo y rescate de una mujer emprendedora y humana En el más extenso término de la palabra.

Los restos de Madam C. J. Walker reposan en el cementerio de Woodlawn en el Bronx, Nueva York, junto a los de su hija, A’Lelia Walker. Honor y gloria para ti, allí dónde estés.


La gente corre tanto porque no sabe dónde va, el que sabe dónde va, va despacio, para paladear e ir “llegando”. Gloria fuertes





Ramón Ferrez y del Río. 2018

Comentarios

  1. Una vez más agradecido y honorado por dejarme compartir estos momentos en vuestro espacio. No puedo evitar sentir una gran emoción al refrescar la memoria de personajes cómo Sarah. Es imprescindible rescatar a estas mujeres que marcaron el camino, si bien, hay que seguir caminando cómo todos bien sabemos. Os envío un abrazo cordial.

    Ramón Ferrez

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  2. un artículo espléndido. No conocía la historia de esta mujer. Sin duda rompió un techo en su época; unos tiempos realmente difíciles para las mujeres de raza negra para las que era realmente complicado destacar.

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